
En OnPlayMag te presentamos la colección Poesía portátil, de la editorial Penguin Random House. En tandas de tres semanas consecutivas te iremos descubriendo los títulos y autores que la casa ha decidido incluir en esta selección de poesía. Comenzamos esta semana, coincidiendo con el reciente 120 aniversario de su nacimiento, con Federico García Lorca: Soñando en la mar amarga.
Cuando yo me muera,
enterradme con mi guitarra
bajo la arena.
Cuando yo me muera,
entre los naranjos
y la hierbabuena.
Los poemas seleccionados para este libro por José María Micó son un regalo de Lorca (de tantos que nos hizo). El maestro nos lleva a soñar con él a mares, montañas, bajo la tierra, bien adentro en campos nocturnos alumbrados únicamente por la luz de la luna.
Siempre reconozco los versos de Lorca por su fluidez. Habitualmente versos cortos, se deslizan sus palabras entre los dientes para crear imágenes potentes, imborrables. Lo leo despacio y hago pausas largas con tal de no atragantarme con las secuencias que, en esta mini-selección, se hacen fugaces.
El amor en Lorca es un tema central, y tan pronto lo trata con delicadeza y finura que lo acuchilla y envenena, pero la culpa es siempre de la tierra… Ha de entenderse bien la simbología si queremos comprender muchas de las conexiones que hace el poeta. La luna la usa con una dualidad que aunque pudiera parecer paradójica a primera vista, comienza a ser entendible conforme más te empapas de las rimas del autor. La luna es muerte, pero también vida, la luna es frío, mucho frío, pero también erotismo en estado puro.
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El agua fluyendo como una tempestad encauzada es la existencia, pero estancada representa el fin. Te invito a disfrutar del maestro y de la gran selección que ha hecho José María Micó. Puedes encontrar este primer título de Poesía Portátil en Fnac.
Tú no sabrás nunca,
esfinge de nieve,
lo mucho que yo
te hubiera querido
esas madrugadas
cuando tanto llueve
y en la rama seca
se deshace el nido.
Adelanto: la semana que viene reseña de 42 flores del mal de Charles Baudelaire.